En 1831, Catalina McAuley y otras dos mujeres de Dublín, Irlanda, se convirtieron en las primeras Hermanas de la Misericordia. Hoy, más de 9.000 Hermanas de la Misericordia en todo el mundo continúan el legado de Catalina de cuidar de los económicamente pobres, especialmente mujeres y niños.

Inspiradas por la vida de Jesús y de Catalina McAuley, las Hermanas de la Misericordia vislumbran un mundo justo para las personas pobres, enfermas y sin educación. El Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas incluye a más de 2.500 mujeres que sirven en comunidades de Estados Unidos, Centro y Sudamérica, Guam, Jamaica y Filipinas. Desde su llegada a los Estados Unidos en 1843, las Hermanas expandieron sus obras de Misericordia para incluir la educación, el cuidado de la salud y los servicios pastorales y sociales. Las Hermanas de la Misericordia buscan continuamente maneras de responder a las necesidades insatisfechas del momento y de servir a los más necesitados.

Como ministerio de las Hermanas de la Misericordia, nuestro trabajo se alinea con la misión, los valores y las preocupaciones del Instituto de las Hermanas de la Misericordia. Cada una de nuestras prioridades de defensa de los accionistas y de inversiones de impacto se alinea con uno o más de los Asuntos Críticos, que son profundamente sostenidos por las hermanas.