Las Hermanas de la Misericordia, en el espíritu de su fundadora, Catalina McAuley, se han comprometido desde hace mucho tiempo a utilizar sus inversiones para abogar por un cambio sistémico y mejorar sus recursos financieros para la misión y el apoyo de sus miembros. Basándose en décadas de trabajo en su historia, las Hermanas de la Misericordia crearon los Servicios de Inversión de la Misericordia, el programa de administración de activos para la inversión colectiva y la administración profesional de los fondos patrimoniales, operativos y de otro tipo de las Hermanas de la Misericordia y sus ministerios que deciden participar. La centralización de las inversiones, que tuvo lugar el 1 de febrero de 2010, aumenta el rendimiento neto de las inversiones de los integrantes, perpetuando al mismo tiempo el trabajo de las hermanas durante décadas por un cambio sistémico en las áreas de la no violencia, el racismo, el medio ambiente, la preocupación por las mujeres y la inmigración a través de la defensa de los accionistas y las inversiones de impacto. El programa proporciona a sus participantes mayores economías de escala, diversificación, liquidez y gobernanza y supervisión.